miércoles, 25 de enero de 2012

Latigazo cervical, cefalea y dolor en el cuello



Estos últimos días he estado leyendo este gran libro sobre la patología cervical referente al latigazo, la cefalea y el dolor en el cuello de las prestigiosas investigadoras y fisioterapeutas Gwendolin Jull, Deborah Falla et al.

Un libro que recomiendo a todo aquel que esté interesado en éste tipo de patología ya que considero que es un texto de referencia en el campo donde se hace un gran análisis de la evidencia científica existente a día de hoy sobre el examen, interpretación y tratamiento conservador de estos trastornos específicos de la columna cervical.

El texto está muy bien estructurado por secciones. Nos habla de todo lo referente a manifestaciones sensoriales del dolor cervical, las alteraciones que se producen en los diferentes trastornos, anomalías posturales y déficit del control de movimiento haciendo hincapié en los sistemas oculomotores y sensitivo-motor y algo muy importante como la influencia de factores psicológicos y psicosociales en el dolor de cuello. Otra sección habla del diagnóstico diferencial y trastornos asociados a estas patologías y una tercera hablando sobre la terapéutica existente hoy día y todo, repito, desde la base de la investigación llevada a cabo por su propio grupo investigador y otros de gran prestigio.

Es un libro que nos explica muy bien las implicaciones biopsicosociales de estos trastornos y aclara cosas tan interesantes como la validez de la exploración física, el efecto de varios tipos de terapias y un programa de ejercicios a mi juicio muy interesante.

Esta obra no os dejará indiferentes. En ella sacan a la luz datos contrastadísimos sobre la validez real de la exploración y el examen físico del paciente, sobre el uso de técnicas manuales y ejercicio terapéutico. Además intenta aproximarnos al máximo a algo creo que importantísimo y esencial como es el pronóstico en la recuperación, e incluso la influencia de factores psicológicos en ese pronóstico.

En mi humilde opinión un gran libro de un gran equipo de investigación.





lunes, 23 de enero de 2012

Y aquí empieza esto...


Ante todo bienvenidos a este nuevo espacio virtual. Un espacio creado por un servidor, y aprovecho para presentarme: Soy un joven fisioterapeuta, 30 años, que a pesar de tener ya 8 años de experiencia en el campo de la fisioterapia en trauma y ortopedia se considera un recién salido del horno y luego os contaré el porqué.

Este blog responde a mi propia necesidad de desahogarme en algún sitio y de alguna manera con cosas que rondan mi cabeza, buscando por un lado la ayuda de otros profesionales que puedan hacerme crecer como fisioterapeuta y por otro mostrar un haz de luz a aquellos que puedan encontrarse como yo en su día, perdidos en este mundo fisioterapeutico tan increíble como por desgracia contaminado.

Mi primera entrada la quiero dedicar a contar cómo un joven que elige esta profesión por una lesión que le obligó a estar dos meses acudiendo al servicio de rehabilitación del Hospital San Pau de Barcelona, pasa a convertirse en un fanático por mejorar como fisioterapeuta, acaba residiendo y trabajando a 650 Km de su ciudad, entra en crisis fisioterapeutica e identidad profesional hasta el límite de casi mandar a paseo la profesión, y un par de años más tarde se ve a otros 250 Km de su ciudad natal pero ahora en sentido contrario, recién inaugurada su propia clínica de fisioterapia y como un niño con zapatos nuevos con una serie de formaciones que han abierto de nuevo ese espíritu por mejorar y ser un profesional que cree en lo que hace y porqué lo hace.

Todo empieza en el 2003 cuando al terminar mis estudios se me plantea mi primer gran reto y supongo que el de todos al terminar la carrera: ¿Y ahora qué? Estás aquí solito, con sensación de no saber nada y con más dudas que cuando la empezaste. Solución: Formación. Y claro, aquí descubres que en esto de la fisioterapia hay paras dar y regalar, desde las magufadas y vende humos más grandes de la historia a las cosas más razonadas, evidenciadas y, a mi humilde entender, bien pensadas del mundillo.

Esta claro que para aquel entonces estas últimas las desconocías y de hecho prácticamente no habían llegado a España pero empiezas con un posgrado en terapia manual de dos años en la Universidad Ramón Llull de Barcelona recomendado por el antiguo director de tu universidad con el que hablabas bastante junto con dos o tres compañeros más.

Posgrado interesante en el que empiezas a darte cuenta de que el hecho de tener dolor en un hombro + RMN compatible con tendinopatia del supraespinoso = omalgia por tendinopatia del supraespinoso y tto con US, TENS, movilizaciones a diestro y siniestro y teraband como un campeón para rotadores y depresores + hielo al final si duele NO ES LO SUYO. Algo fallaba y en ese posgrado empezaste a ver que hay muchas cosas que hay que valorar en un, por ejemplo, hombro doloroso como la influencia de la posición escapular, el control muscular durante los movimientos activos, el equilibrio entre todos los músculos peri escapulares, etc etc etc... buff!!! y a mi que me habían dicho que como hay una tendinopatia porque al palpar encima de la zona de inserción duele y además hay una RMN que lo demuestra ya está todo el pescado vendido...PUES NO!! y menos mal, porque sinó vaya frustración seria llevar tantos años moviendo hombros y aplicando US sin ver resultados convincentes de mejora más que los achacables al tiempo que pasa después de llevar 2 meses viniendo cada día a rehabilitación.

Durante este tiempo sumas horas de vuelo en varios trabajos, algunos de ellos más interesantes y motivadores que otros, en sitios tan dispares como hospitales, residencias, campamentos deportivos, y hasta alguna clínica especializada en el campo del arte.

Pero decides marcharte al norte, después de encontrar un trabajito en una pequeña clínica en la que darías con eso que dicen "quien encuentra un amigo encuentra un tesoro". I allí aparece Josu, tu compañero de fatigas fisioterapeuticas por lo menos en tus inicios y al que le debes el haber conocido a gente y formación de calidad.

De su mano descubres que en Valencia hay un grupo de gente que lleva un tiempo ya cabreada por ver que aquí no llega lo que se impone en el resto del mundo: el razonamiento clínico, pero el razonamiento clínico con base científica y bajo unos criterios serios de evidencia, sin magufadas ni pajas mentales.

Allí conoces a gente como Claudio, Edu, Vicen, etc... y empiezas con los cursos McConnell en 2007, y entre café y pausa te hablan de su manera de entender la fisioterapia y ves que es como la tuya, que no estás loco y que hay gente que sabe un montón y que comparte tus ideas y sobretodo las exponen con una claridad brutal. Te hablan de algo sobre una concepto llamado Maitland y también de un tal Mulligan. Muchos de los allí presentes han empezado esa formación y cuentan maravillas, te dicen que es lo que hemos estado buscando todos los que más o menos tenemos esa forma de pensar sobre cómo debe ser y hacerse la fisioterapia.

Y cuando encuentras el camino apropiado, aquel que buscabas desde ese 2003, entras en esa fase crítica en tu vida. Empiezas a currar 12 y 13 horas diarias, no tienes tiempo ni de pensar lo que estas haciendo, entras en una especie de enajenación mental transitoria olvidando aquello que habías aprendido porque no te dan tiempo para nada y los pacientes pasan por tus manos en un abrir y cerrar de ojos mientras se te acumulan por todos los sitios. Y acabas exhausto cada día, cada semana, y pasan los meses y no cambia nada. Te hartas de todo, el trabajo se convierte en una cárcel y tu profesión te aburre. Es algo que le puede pasar a cualquiera que se ve desbordado si además le sumas factores colaterales en tu vida.

Por suerte y como de todo se sale apareció la oportunidad de marcharme a Mallorca, lugar idóneo para poder reencontrarme con mi tranquilidad y pensar cómo podía re inventarme como fisioterapeuta.

Después de un merecido periodo de reflexión interna de un par de meses traté de averiguar cómo estaba aquí el tema laboral... Pues mal, como en todos sitios. Pero aquí encontré un problema añadido que hasta ahora no había visto con tal magnitud, en TODAS las ofertas que vi se requería fisioterapeuta con estudios de osteopatía. No vamos bien pensé, he hecho bastante formación, terapia manual, ganchos, McConnell, algún monográfico de hombro, en ese periodo de enajenación incluso flirteé con la acupuntura (eso sí, sólo tratamientos para paliar el dolor agudo musculo esquelético), algo de pediatría, ...Pero aquí la osteopatía manda sobre todas las cosas así que tenia dos opciones: ponerme a estudiar osteopatía o buscar otra salida.

La decisión fue muy sencilla a pesar del acojone que supone: Si nadie me quiere contratar ME MONTO YO MI CLÍNICA. Pues sí, con un par me decidí.

Por otro lado durante el periodo de reflexión pensé en hacer aquello de lo que todos me habían hablado desde que me puse con Josu a hacer McConnell. Me apunté a Maitland, y ya estamos en el nivel 2A. También tuve tiempo de hacer Mulligan. Josu, que ya contaba con los dos primero niveles de Maitland me confirmó que era lo mejor que podía hacer y la verdad que así fue. Es algo que estoy seguro recomendaré a todos los fisioterapeutas que conozca de ahora en adelante.

Y así llegamos a día de hoy. Después de mucho luchar y darme de cabezazos contra la pared encontré el local que hoy es mi clínica, dónde trabajo yo con estas manitas totalmente a mi bola y bajo los parámetros que me han enseñado profesores como Alfio o Renate. Desde aquí mis más sinceros agradecimientos por haberme enseñado el camino y más aún a aquellos que me pusieron en la senda de esta fisioterapia, Josu, Claudio, Edu, y todos los que desde entonces y hasta hoy lo siguen peleando por disfrutar de una fisioterapia basada en la evidencia pero de la de verdad.