martes, 6 de marzo de 2012

Toca charla...

  • Hola, buenos días. Venia a informarme porque tengo un problema en la cadera. Me han operado ya dos veces y me gustaría que me la trataran aquí.
  • Muy bien señora, nosotros la trataremos.
    ...

  • ¿Y cómo funcionan ustedes? Me refiero a si me van a tener que tocar la cadera o otras partes...
  • Pues nosotros en un primer momento le haremos un examen exhaustivo donde primero realizaremos una entrevista en la que me podrá contar qué le pasa y desde cuando y todo lo relacionado con su problema y luego haremos un examen físico para analizarlo y ver qué posibles zonas son la fuente de sus síntomas.
  • Pero no quiero que me toquen la zona de la cicatriz porque la tengo muy bien, y la primera vez que me operé me la tocaron y se me movió el alambre que llevo alrededor de la cadera y empezó a darme problemas, por eso no quiero que me lo vuelvan a tocar.
  • Bueno señora, entre los dos veremos que zonas a parte de la cadera pueden estar dando problemas en la zona que usted tiene dolor.
  • Ya pero... la cicatriz no me la toque porque no quiero que se vuelva a mover el alambre y tenga que volver a operarme.
  • No señora, no se preocupe que ya veremos entre los dos que hacemos.
  • Vale, vale... Pero la cicatriz no me la toque eh!!!
Pues con esto he tenido que lidiar esta mañana a primera hora. ¿Ningún cirujano puede decirle a la señora que si su cerclaje se ha movido puede ser por mil motivos a parte de algún compañero que haya actuado con un pequeño exceso de ímpetu?
Veremos como le convenzo para poder tocarle la cadera, porque creo que tocarla habrá que tocar...

1 comentario:

  1. Creo que alguno de esos hemos tenido todos. Son esos pacientes con los que te armas de paciencia e intentas no contradecirles porque no quieres discutir, pero a veces te sacan de tus casillas.

    Recuerdo una paciente que vino, según palabras textuales, a que le recuperáramos el glúteo medio. Esta señora había sido intervenida hacía 2 ó 3 años de un tumor en el fémur, el trauma solito se lo guisó y se lo comió (ni oncólogo ni nada, ¿para qué?). Tuvo que hacer implante, un montón de historias, y al final el fémur se rompió, vuelta a operar... un show. Total, que 2 o 3 años después, no recuerdo bien, viene a la clínica porque el trauma, como he comentado, le dijo que teníamos que recuperarle el glúteo medio, y que muy pocos fisios sabían hacerlo, que era muy difícil, que el conocía uno en Guadalajara pero que a la señora no le venía bien.

    Le expliqué 20.000 veces que el glúteo medio no era el único problema (después de tanto tiempo nadie le había tocado, ¿de verdad el glúteo medio es su mayor problema, señora?). Incluso intenté dejar bien al médico en plan "le ha dicho glúteo medio porque el sabrá que nosotros sabremos qué más tenemos que hacer con decirle eso" y cosas similares. Me hice casi profesora sólo para ella, y al final siempre acababa con el tema del glúteo medio y con que todo lo que yo le explicaba se lo explicaría a su traumatólogo. Tras 5 sesiones no volvió, y casi me alegro, sinceramente. Un caso horrible donde los haya. Había más tela, pero con eso te haces una idea.

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